lunes, 12 de abril de 2010

Por una vuelta al sentido "común" en la enseñanza

Y por 25 pesetas cada una, cosas de sentido común, por ejemplo…la tierra es plana

El pasado sábado se presentó en el Ateneo de Madrid el manifiesto "Por una vuelta al sentido común en la enseñanza", del que es autor Ricardo Moreno Castillo y que es respaldado por la federación de sindicatos SPES y por ANCABA.

En las diferentes intervenciones los argumentos típicos de la pedagogía tóxica: Lo bien que estaba la enseñanza antes de la logse y lo mal que está ahora, lo malos que son los pedagogos que hacen las leyes en vez de hacerlas "expertos docentes" (imaginamos que del tipo de Xabier Gisbert, Alicia Delibes o el propio Ricardo Moreno o quizá el sector de pedagogos "del régimen" como Mercedes Ruiz Paz).

Entre las propuestas, algo que nos suena de las propuestas del pp en el debate sobre el pacto: pasar a a un bachillerato de tres años ya que el de dos es muy corto porque se queda en uno ya que el segundo año se dedica a preparar la universidad(¡) y así no se consigue la cultura media de la clase media. Y claro, no queda más remedio que reducir un curso la ESO. Pero no se preocupen que como la enseñanza sería siendo obligatoria hasta los 16 años, entonces el primer curso de bachillerato o formación profesional sería obligatorio y ya que es gratuito el primer curso que lo sean los dos siguientes y así se extienden los conciertos a la enseñanza no obligatoria.

Ah, y lo del examen de final de bachillerato. No, la selectividad no les vale, que la aprueba todo el mundo y luego nuestros alumnos no llegan al nivel en la prestigiosa y reconocida universidad española.

Bueno que cuando se dignen colgar el manifiesto en su web os lo enlazaremos. (Ya se han dignado, haz clic aquí)

Antes de acabar, lo del sentido común. Tiene gracia esto de privatizar el sentido común: "Esto es de sentido común porque lo decimos nosotros". Como lema para el manifiesto sería mejor "Una enseñanza como dios manda" o "Con franco enseñábamos mejor" ya metidos en este revival predemocrático donde los más jóvenes hemos aprendido que existió algo llamado "falange" que ha llevado a sentarse a un juez al banquillo. Nunca pensamos que lo de democracia a-sentada fuera esto.


3 comentarios:

Javier Rodríguez dijo...

Estuve en la presentación del manifiesto.Y tuve ocasión de indicar un par de cositas.Por ejemplo, estaba de acuerdo en que hay que frenar la contraofensiva gremial de orientadores y que tenía que ser contundente y masiva.

Pero creo que el manifiesto (ligado a un sindicato gremial y sectorial "amarillo") no era el mejor método. Mostré mi descuerdo en otorgar autoridad legal al docente,cuando en un 90% de las veces bastaría con que la dirección de los centros fuera elegida por el claustro. No fui el único.

Y más importante, pedir que se sienten el PP y el PSOE para consensuar una ley implica inmediatamente que el PP blindaría más el chorro de millones que van a los curas. No era el único,el colectivo Baltasar Gracián también pensaba que lo del pacto no estaba bien.

Yo pediría -mejor-un manifiesto que pida la eliminación de la concertada, elección de los directores solo por el claustro y -como la inmensa mayoría de los profesores de secundaria (dejando a un lado orientación)- unas reformas que eliminen el poder de orientación.
No fui el único,sobre todo con lo de la concertada.Pero nadie me respondió que porqué no aparecía en primer lugar en el manifiesto.

Eso sí,parecía un sindicato amarillo de Unión Progreso Y Rosa Díez. En fin.

Anónimo dijo...

No entiendo muy bien la manía de Javier a los orientadores. ¿Por qué?

Tampoco creo que la distinción que haya que hacer es entre escuela pública/escuela privada, sino entre escuela que excluye/escuela que da oportunidades a todos.

Anónimo dijo...

Lo mejor es hacer lo que habia antes: A los diez años se pone un dictado rebuscado del Miranda Podadera. Los hijos de analfabetos, los gitanos, los extranjeros, los deficientes, van y lo suspenden. Así nos los quitamos de en medio. Todo mucho más cómodo y más fácil para los profesores que no dan más de sí.