viernes, 8 de mayo de 2009

Un buen y un mal ejemplo de evaluaciones del sistema educativo

¿A cuál no se parece la prueba de 6º?

El buen ejemplo
Un ejemplo de las buenas maneras en la medición de conocimientos es el Informe PISA, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Se trata de la fotografía más completa y actualizada sobre el rendimiento de los alumnos en los países más desarrollados. En el informe realizado en 2006 participaron 62 países, y en cada país fueron examinados entre 4.500 y 10.000 estudiantes de la edad de 15 años para establecer su grado de competencia en lectura, matemáticas y ciencias naturales. El estudio se realiza cada tres años y las preguntas se evalúan una a una.

Un comité de especialistas las estudia para establecer si están mal planteadas. Si una pregunta catalogada con un nivel de dificultad bajo ha sido contestada erróneamente por alumnos que normalmente sacan buena nota, la conclusión es sencilla: la pregunta no sirve para medir el conocimiento de ese alumno.

Según los expertos, desde un punto de vista psicométrico el Informe PISA es muy riguroso. Se hace con muestras muy seleccionadas que tienen en cuenta que haya jóvenes de todas las regiones y de distinto nivel social. Se suele hablar de un 95% de fiabilidad en las pruebas del informe. No se califica a los alumnos, sino que se establece la media del conjunto de todos los que han participado en esa prueba. No se dice éste es bueno y éste otro excelente, sino que se les mide en comparación con el resto.

El mal ejemplo (en el desplegable)

Extraído de "Exámenes a examen", El País 6.05.2009

El mal ejemplo

… Pero su abuso [de los exámenes tipo test] puede tener graves consecuencias. La más terrible, la que trajo consigo la polémica ley "No child left behind" (que ningún niño se quede atrás) del anterior presidente de Estados Unidos, George W. Bush. La norma impuso unos exámenes en todos los Estados.

Los resultados de esos controles servirían para decidir cuántos fondos federales merecía una escuela. La ley tuvo dos consecuencias funestas. Muchas escuelas públicas de zonas pobres se fueron a la bancarrota, algunos profesores perdieron el empleo y muchos estudiantes no recibieron el título. La solución planteada por los centros para escapar de esos problemas fue dejar sustituir la enseñanza de conocimientos por la enseñanza de los tests.

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